Q: Soy moderadora de un grupo de contemplación y hay un hombre que me resulta muy difícil y que claramente tiene problemas de ira y le gusta discutir sobre cualquier cosa que haya leído. ¿Cómo debo abordar esta situación? Me resulta bastante perturbadora y perturbadora.
A: Agradezco que te hayas puesto en contacto conmigo y hayas compartido tus inquietudes. Tu última frase demuestra que este ha sido un tema bastante difícil para ti, y es una pregunta que el equipo de servicio de apoyo para facilitadores de Oración Centrante ha recibido varias veces antes. Gestionar a un participante desafiante en un grupo de oración contemplativa requiere un equilibrio de compasión, límites claros y comunicación eficaz. En uno de los grupos contemplativos en los que estoy, teníamos una querida amiga que, aunque no estaba enojada, interrumpía a menudo y casi siempre tomaba la palabra en la mayoría de las discusiones, por lo que cuando llegaba el momento de que alguien más hablara, se nos había acabado el tiempo. Esto creó mucha tensión y tristeza en nuestro grupo y, como moderadora, tuve que tratar de encontrar una mejor manera de abordarlo sin dejar de mantener a la persona comprometida y sintiéndose bienvenida. Creía que necesitaba una comunidad amada.
A continuación se presentan algunas sugerencias que espero que puedan resultarle útiles a usted y a otras personas:
- Acérquese con compasión: reconozca que la ira y la conducta conflictiva del anciano pueden deberse a problemas personales o experiencias pasadas. Acérquese a él con empatía y comprensión, reconociendo sus sentimientos sin tolerar una conducta disruptiva.
- Establecer pautas claras: al comienzo de cada sesión, recuerde amablemente al grupo las pautas para un diálogo respetuoso y contemplativo. Enfatice la importancia de escuchar y permitir espacios para el silencio, la reflexión y el respeto por el espacio sagrado que comparten los demás.
- Conversación privada: considere tener una conversación privada y compasiva con él fuera del entorno grupal. Exprese sus observaciones e inquietudes con calma y escuche su perspectiva. Esto puede ayudarlo a comprender su comportamiento y encontrar puntos en común.
- Reorientar y reorientar: durante las discusiones grupales, si comienza a discutir o interrumpir, redirija suavemente la conversación hacia el tema en cuestión. Podría decirle: “Gracias por compartir sus pensamientos. Volvamos a nuestra lectura y reflexionemos juntos sobre su significado”.
- Busque apoyo: si el comportamiento sigue siendo disruptivo, busque el apoyo de los cofacilitadores o de otros miembros del grupo. A veces, tener un frente unido puede ayudar a reforzar las pautas y expectativas del grupo.
- Autocuidado: asegúrese de cuidar su propio bienestar emocional. Facilitar un grupo puede ser exigente y es importante tener su propio sistema de apoyo y prácticas para manejar el estrés.
Recuerde que el objetivo es crear un entorno seguro y propicio para todos los participantes. A menudo me recuerdo a mí mismo que todos son bienvenidos. Al abordar el tema con compasión y claridad, puede ayudar a mantener la integridad de la práctica contemplativa para todos los involucrados.
Un cordial saludo, paz y todo bien.
Josie Garnem
Miembro del equipo del Servicio de Apoyo al Facilitador
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El manual del facilitador es un excelente recurso. Puedes encontrarlo aquí en nuestro sitio web, bajo Recursos para voluntarios .