41: La condición humana: una revisión

Hilma af Klint, Retablo, No. 1, Grupo X, 1907

Porque estoy a punto de hacer algo nuevo.
¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves?
Haré un camino a través del desierto.
Crearé ríos en el páramo seco.
- Isaías 43: 19

In Invitación al amor, Padre Thomas dice que el objetivo principal de esta enseñanza sobre la condición humana es “práctico: proporcionar un trasfondo conceptual sólido para la práctica de la oración contemplativa y el camino espiritual para nuestro tiempo. Estamos llamados a este viaje no solo por nuestro propio crecimiento personal, sino también por el bien de toda la comunidad humana”.

 

El modelo evolutivo

La condición humana puede presentarse como un proceso evolutivo que se desarrolla de un nivel de conciencia al siguiente. La psicología del desarrollo apunta a un proceso similar en el crecimiento de cada ser humano desde la infancia hasta la edad de la razón. Cada nivel de conciencia se incorpora al siguiente nivel e, idealmente, todo lo que es bueno en un nivel se integra en el siguiente. Sin embargo, también es posible ser arrestado en un nivel. El propósito del viaje espiritual es sanar las heridas de toda una vida que ocurrieron en todos los niveles.

Las circunstancias de nuestra vida, lo inesperado, las pruebas, las crisis, nuestras relaciones, comienzan a descubrir dónde estamos en relación con Dios, con nosotros mismos y con los demás. Comenzamos a descubrir nuestras motivaciones ocultas y las influencias que limitan nuestra libertad y nuestro desarrollo en Cristo. Aprendemos que este es un viaje de sanación, un viaje de transformación.

 

El modelo existencial

Padre Thomas utiliza la antropología, la biología, la neurociencia y la psicología del desarrollo para arrojar luz sobre lo que él llama la condición humana. Describe las etapas de desarrollo de la familia humana (Urobórica, Tifónica, Membresía Mítica, Egoica Mental e Intuitiva) que se recapitulan en las etapas de desarrollo de cada persona, desde la infancia hasta la edad de la razón. Si las necesidades humanas naturales de seguridad, afecto y sentido de autonomía fueran satisfechas en la primera infancia, pasaríamos de una etapa de desarrollo a la siguiente, integrando todo lo bueno de los niveles anteriores y dejando atrás lo que ya no nos sirve. El problema es cuando nuestras preferencias para satisfacer estas necesidades se convierten en demandas y expectativas para las personas, eventos y circunstancias en nuestras vidas. La frustración constante de las necesidades y expectativas no satisfechas forma nuestro sistema de falso yo.

 

El modelo filosófico

El Modelo Filosófico desarrolla nuestra comprensión de las facultades humanas: los sentidos, el intelecto y la voluntad, y cómo funciona cada una de acuerdo con su naturaleza. Al igual que el Modelo Evolutivo, este modelo es el ideal de cómo funcionan nuestros poderes y facultades, mientras que el Modelo Existencial es la forma en que se experimenta realmente la vida humana.

Además del intelecto activo que nos da la capacidad de razonar, tenemos un intelecto pasivo o intuitivo que percibe la verdad directamente sin la mediación de la razón. Este es el asiento de nuestra voluntad de Dios, o nuestro deseo de buscar lo que solo Dios puede llenar. La práctica constante de la Oración Centrante nos ayuda a “cerrar la puerta” (Mateo 6:6) en todas nuestras facultades excepto en nuestro nivel intuitivo, que tiene el potencial de llevarnos a la unión divina, la conciencia de la unidad de la familia humana y la unidad con toda la realidad.

El camino contemplativo cristiano puede devolver las facultades a su debido lugar; descansar en Dios permite que las facultades intuitivas funcionen en el nivel más profundo, donde nos relacionamos con Dios más allá de pensamientos, sentimientos y actos particulares. Con las emociones en reposo ya no resistimos el movimiento del Espíritu. Empezamos a experimentar a Dios en todo y en todos, en toda la creación, que es otra forma de decir que ahora estamos viviendo la dimensión contemplativa del Evangelio.

Practicar
  • Revise cualquier narración, extracto de video o transcripción que haya encontrado particularmente útil o que desee volver a asimilar más profundamente.
  • Reflexione sobre lo que ha estado experimentando al estudiar la enseñanza de la condición humana, y su propia manifestación de la condición humana, mientras continúa con su práctica de la Oración Centrante. Esta enseñanza, junto con la práctica de la oración, ha sido transformadora en la vida de muchas personas. ¿Qué notas que ha cambiado en tus pensamientos y sentimientos? ¿Dónde estás, en relación con Dios, los demás y contigo mismo?

Una nota: Aunque el p. Thomas a menudo se refiere a la condición humana como el “sistema del falso yo”, reconocemos que no es falso porque esté mal, sino porque está incompleto. No es la plenitud de lo que Dios nos creó para ser: la evolución del yo, la integración de todos los niveles de conciencia y, finalmente, la trascendencia del yo (el no-yo), en la que solo vive Cristo.

Notas y Reflexiones:

Recursos adicionales