This is part of a weekly series entitled “Habits of Heartfulness” based on outtakes from the filming of Heartfulness: Transformation in Christ with Thomas Keating. The filming took place in 2007 and supplements an earlier series by the same name in 2011.
English Transcript
The Trinity, which is what Jesus contributes to human religious history, introduces us to a relationship with God which is no longer just a subject-object relationship, God out there and we here, but rather a participation in the divine life itself in which we are in God and God is in us. Paul points this out in his talk in Athens to the people who are listening when he said, “In God we live and move and have our being,” and he points out that one of their poets said that. He was trying to speak to their experience however inchoate it was. But he was adding to that. In fact, Paul adds at the end of that little speech that they are the offspring of God. Well notice, children usually have the genes of their parents, otherwise they’re not children. That’s how you tell who’s the father, who’s the mother. So, is this just a metaphor that we’re somehow like God, or does it mean that the great revelation in Genesis that we’re created in the image and likeness of God is a description – however poetical or metaphorical – of something that’s real? Something that can’t be quite articulated. We don’t have the divine genes, but we have the equivalent in what we call “grace” in Christian theology and that idea that has other names, but is certainly present in the other religions.
Semana del 13 de abril – Genes y Gracia
La Trinidad, que es la contribución de Jesús a la historia de las religiones humanas, nos presenta una relación con Dios que ya no es del tipo sujeto-objeto - Dios allá afuera y nosotros aquí - sino una participación en la vida divina, en la que estamos con Dios y Dios está en nosotros. Pablo lo señala cuando habla en Atenas a las personas que lo escuchan y dice. “En Dios vivimos y nos movemos y existimos,” y agrega que uno de sus poetas lo ha dicho. Estaba dirigiéndose a la experiencia de su audiencia, aunque fuera imperfecta. Pero estaba aportando su contribución. De hecho, Pablo termina su breve alocución diciendo que son del linaje de Dios. Bueno, consideren que los hijos usualmente tienen los genes de sus padres, de otro modo no serían sus hijos. Es así como se puede saber quién es el padre, quién es la madre. Entonces ¿se trata de una metáfora decir que somos de algún modo como Dios, o significa que la gran revelación en el Génesis, que somos creados a imagen y semejanza de Dios, es una descripción – no importa lo poética o metafórica – de algo que es real? Algo que no puede ser totalmente explicado. No tenemos los genes divinos, pero tenemos el equivalente en lo que llamamos “gracia” en la teología cristiana. Esa idea recibe otros nombres, pero ciertamente está presente en las otras religiones.