English Transcript
The First Consent of Centering Prayer - Solitude
I’m perceiving now four consents of Centering Prayer and four fruits of Centering Prayer. Just for the sake of enlarging on the experience and perhaps eliciting or stimulating further reflection on your own part in the silence of your reflection and prayer some other time.
So, the first consent is to solitude. Or putting it another way, the letting go of the external senses. And the external senses as you know are taste, touch, sound, sight, and smell and any feelings that might be accompanying these external senses. So, in sitting down and preparing oneself for the prayer this is one of the things we need to keep in mind. This is not the time for reflection, plans for tomorrow, or commentaries on what has happened, not only today in our life, but any day in our life. It’s undermining the entrenched habit of thinking about something and at least reflecting on how we like or how we’re experiencing the prayer and inveterate tendency to pass judgment on whether we’re having a good time or not.
All of these reflections are part of our rational level of consciousness which we’re deliberately not rejecting but moving beyond or transcending in this period of rest. To put it in a scriptural context, Jesus said come to me all you who are heavily burdened, and I will give you rest. And one of the areas that consists of rest and as we know from psychology is perhaps more fatiguing than a whole day’s work at hard manual labor is the pain, labor, of dealing with thoughts over which we seem to have no control. They keep coming back and we keep laying them aside, letting them go. We keep introducing one of our sacred symbols which, let us choose for this discussion, the sacred word.
So, the sacred word has no special meaning in itself though it can be conducive to recollection if it corresponds to our devotional life. But we should be careful that it doesn’t elicit an association of ideas that can go on and on and on. But usually after doing it awhile, the sacred word simply becomes a gesture, and one isn’t thinking about it anyway. But it’s usually a word, as you know, of one or two syllables that could be a name for God.
And so, the first movement then is a deliberate movement into solitude in so far as it’s possible and it’s available. Especially for beginners because an external situation that’s calm and quiet and respectful like a church or a closet, it’s a little stuffy maybe, or at least a private room or a chair, if you use a chair, that’s reasonably comfortable. But it’s calming down and this means that especially for those who are beginning, by which I mean the first couple of years or so, you may want to relax in some specific way before sitting down. If you’re a little nerved up or under stress it could be useful to do a little deep breathing. Some people do a couple of yogas. I would suggest that any extended yoga be done at a different time so that one is not delayed in entering into this practice, but I don’t think we should lay down for anybody an absolute rule but just suggest that it normally works better if people take two or three minutes to calm down in some way which might be taking a cup of tea. It could be taking a walk around the block. But you find out with time what works and what doesn’t. So, whatever moves towards simplicity is to be encouraged and most people find that with practice and the beginning of the sanding down you might say of the cutting edge of the intensity of particular thoughts, commentaries, biases, or grumpy states of mind, bored states of mind. So, by thoughts we mean, and this is important, any perception at all is not to be pursued at this time - general principle!
So, solitude then is moving into an external space and an internal determination to let go of the usual contents of any place whether within us or outside of us. So, it’s an emptying then of our ordinary way of thinking and doing things. And it obviously is going to be based on the level of our relationship with the higher power, if one has no particular relationship with God based on the culture in which one has been raised. This prayer originated of course in the early, earliest you might say, Christian tradition and was developed both east and west in the monastic communities of the third and fourth century and beyond. So, it’s normal that the Christians have some relationship to the presence of Christ, not a picture, not an image, but simply awareness that Christ is always close and present to us.
El Primer Consentimiento de la Oración Centrante – la Soledad
Veamos ahora cuatro consentimientos de la Oración Centrante y cuatro frutos de la Oración Centrante. Sólo para ampliar la experiencia, y quizá hacer surgir o estimular una mayor reflexión de su parte, en el silencio de su reflexión y oración en otro momento.
Entonces, el primer consentimiento es el de la soledad. O, dicho de otro modo, el dejar ir los sentidos externos. Y los sentidos externos, como saben, son el tacto, el gusto, el oído, la vista y el olfato, y cualquier sentimiento que acompañe a estos sentidos externos. Por lo tanto, al sentarnos y prepararnos para la oración esta es una de las cosas que necesitamos tener en mente. No se trata de un tiempo para la reflexión, de planes para mañana o de comentarios sobre lo que ha ocurrido, no solo hoy en nuestra vida sino en cualquier otro día. Se está socavando el arraigado hábito de pensar en algo y reflexionar sobre si nos gusta o no, cómo estamos experimentando la oración, y la tendencia inveterada a juzgar si la estamos pasando bien.
Todas estas reflexiones son parte de nuestro nivel racional de conciencia, que no estamos rechazando deliberadamente, sino que estamos trascendiendo o yendo más allá de él durante este período de descanso. Para darle un contexto bíblico, Jesús dijo que vinieran a él todos los que iban llevando pesadas cargas, y que los aliviaría. Y una de las áreas que tiene que ver con el descanso y que, como sabemos por la psicología, quizá nos cansa más que todo un día de trabajo manual pesado es el dolor de enfrentarnos a pensamientos sobre los que no tenemos ningún control. Vuelven una y otra vez y los seguimos apartando, los dejamos ir. Continuamos introduciendo uno de nuestros símbolos sagrado – elijamos para esta reflexión la palabra sagrada.
La palabra sagrada no tiene un significado especial en sí misma, aunque nos puede llevar a un recuerdo, si se corresponde con nuestra vida devocional. Pero tenemos que cuidar que no cause una asociación de ideas que siga produciéndose reiteradamente. Normalmente, después de practicar por un tiempo, la palabra sagrada simplemente se vuelve un gesto y ya no pensamos en ella. Pero es usualmente una palabra, como saben, de una o dos sílabas que podría ser un nombre para Dios.
Y así, el primer movimiento es un movimiento deliberado hacia la soledad, en la medida en que es posible y está disponible. Especialmente para los principiantes, porque es una situación externa que es calmada y silenciosa, como la de una iglesia: un armario es un poco sofocante, quizá. Al menos un cuarto privado o una silla, si usan silla, que sea razonablemente cómoda. Pero se trata de calmarse, y eso significa que, especialmente para los que comienzan, por lo que quiero decir los primeros uno o dos años, quizá quieran relajarse de algún modo especifico antes de sentarse. Si están un poco nerviosos o se sienten estresados sería conveniente hacer algunas respiraciones profundas. Hay personas que hacen algunas posturas del yoga. Yo sugeriría que hacer yoga más extensamente ocurriera en otro momento para no demorarnos al entrar en esta práctica, pero no creo que debiéramos establecer ninguna regla absoluta para nadie, sino sugerir lo que normalmente funciona mejor – si nos tomamos dos o tres minutos para calmarnos de algún modo, por ejemplo, tomando una taza de té, o podría ser dar una vuelta a la manzana. Pero tenemos que descubrir cuánto tiempo es el indicado para nosotros. Lo que sea que conduzca a la simplicidad debe ser alentado, y la mayoría encuentra que, con la práctica, se comienzan a limar, podríamos decir así, las asperezas de la intensidad de algunos pensamientos en particular, comentarios, prejuicios o estados de irritación y aburrimiento. Por pensamiento entendemos, y esto es importante, cualquier tipo de percepción, y no debe dársele lugar en este tiempo. Es un principio general.
La soledad, entonces, es moverse a un espacio externo y a una determinación interna para dejar ir los contenidos habituales de cualquier lugar, ya sea dentro nuestro o afuera de nosotros. Es vaciarnos de nuestra forma ordinaria de pensar y hacer las cosas. Y, obviamente, se basa en nuestra relación con el poder más elevado, si no tenemos ninguna relación particular con Dios que provenga de la cultura en la que hemos sido educados. Esta oración se originó, por supuesto, en la tradición cristiana temprana, la más temprana, podríamos decir, y fue desarrollada tanto en oriente como en occidente en las comunidades monásticas del tercer y cuarto siglo y más adelante. Por lo tanto, es normal que los cristianos tengas algún tipo de relación con la presencia de Cristo, no un retrato, no una imagen, sino simplemente una conciencia de que Cristo siempre está cerca y presente para nosotros.
