English Transcript
The Third Consent of Centering Prayer - Self Forgetfulness
The third one I’m calling here self-forgetfulness. In other words, letting go of the last bastion of the ego which is the reflection “I am thinking of this prayer. I am enjoying this silence and peace. I am not doing too bad today. How can I make this come back tomorrow?” These are all reflections on self and the self of course is the ego self, not the true self. So, the third one might well be stillness. I mean it’s a kind of transition from the deepest interior silence to stillness by which I mean to be motionless within and without. So, at this point there’s no inclination to move the body and one is sort of gently but really disposed to disregard what’s happening outside of us in order to allow the deepening silence to become presence. That perhaps is the key to the distinction that the silence or stillness has become sufficiently still that it begins to turn into something else or to include something else without going away which I call morphing into the presence.
Now I don’t think you can bring this about by our own efforts. In fact, that will slow it down. It’s just being in the silence and patiently returning to the sacred symbol when you notice you’re getting interested in thoughts. And an increasing confidence that when you’re not attracted to any thought and they’re just going by like clouds in the sky, you can’t prevent them. You just let them go by without any reaction either mentally or emotionally. It’s part of the process.
El Tercer Consentimiento de la Oración Centrante – el Olvido de Sí mismo
Al tercero lo llamo aquí olvido de sí mismo. En otras palabras, dejar ir el último bastión del ego, que es la reflexión “Estoy pensando acerca de esta oración, estoy disfrutando de este silencio y paz. No lo estoy haciendo tan mal hoy. ¿Cómo puedo hacer que esto vuelva también mañana?” Todas estas son reflexiones acerca del yo, y el yo, por supuesto, es el ego, no el verdadero yo. Así que el tercero bien puede ser la quietud. Es que es un tipo de transición desde el silencio interior más profundo a la quietud, que entiendo como estar inmóvil afuera y adentro. En este punto no deseamos mover el cuerpo, y de algún modo, estamos, gradualmente pero realmente dispuestos a olvidar lo que está pasando afuera de nosotros para permitir que el silencio cada vez más profundo se transforme en presencia. Esa, quizá, es la clave para distinguir: el silencio o la quietud se han vuelto lo suficientemente quietos como para empezar a convertirse en algo diferente, o para incluir otra cosa sin desaparecer – lo que yo llamo transformarse en la presencia.
Ahora bien, no creo que podamos hacer que esto se produzca por nuestros propios esfuerzos. De hecho, eso lo demoraría. Es simplemente el estar en silencio y pacientemente volver a la palabra sagrada cuando notamos que estamos interesándonos en algún pensamiento. Y una confianza cada vez mayor en que, cuando no nos sentimos atraídos por ningún pensamiento y sólo pasan como nubes en el cielo - no podemos impedirlos - simplemente los dejamos pasar sin ninguna reacción, ya sea mental o emocional. Es parte del proceso.