English Transcript
The Divine Therapy
Now we’ve called Centering Prayer the divine therapy. So that the primary actor in this process is the Holy Spirit or Jesus or Christ within us, depending on one’s devotion at this time in one’s life. That, too, shifts as the Spirit touches up or completes the integrity or comprehensiveness or context of our spiritual journey with a point here and there that we may have not developed adequately yet or seen in the case of. So, this is the place, although it’s not restricted to this place where the Night of Sense definitely begins. So Centering Prayer leads you almost automatically into that process which has to be understood in fairly broad terms, especially with folks living the disruptive kind of life that usually attends most experiences of it.
So, this Night of Sense is precisely this becoming aware of the dark side of our personality or the shadow side or more technically of the movements of the emotional programs for happiness that we said is the development number one of the separate-self sense. While these are values all through life, but especially in early childhood, it’s the exaggeration of them that sets us on a path of distortion and which brings habits of defensiveness, frustration with accompanying afflictive emotions depending on the circumstances and the events and one’s temperamental or personality predispositions. Here is where the enneagram or whatever one’s understanding of one’s personality or temperamental preferences or biases maybe come to consciousness, and it could be helpful to give them some thought in daily life.
Most people without this spiritual practice comparable to Centering Prayer are so absorbed in the details of life and the automatic or habitual pursuit of their programs for happiness involving security, power and control, affection and esteem, and the opposites if they’re lacking. These are constantly scratching or piercing or poking at the soul and evacuating whatever peace we might have and so it’s essential for the spiritual journey to deal with these psychological problems and that’s why I don’t think it’s a bad idea to call it the divine therapy because it’s a very profound and searching way of being, of becoming aware of our unconscious and you can pay a lot of money to do this. God of course graciously not only offers it for free but spends a lot of time trying to persuade us to submit to this healing.
Now it’s redemption, that’s another word for it in the broad sense of the word. It’s preparing us for the engagement with Christ, for the marriage with Christ, or the unity and union beyond Christ and for ultimate oneness with that which is and the capacity to not only live the divine life but to enjoy it to the full even in the midst of a significant amount of difficulty and suffering if you’re still in this world which is definitely going to happen.
La Terapia Divina
Hemos llamado a la Oración Centrante terapia divina. Por lo tanto, el actor principal en este proceso es el Espíritu Santo o Jesús, o Cristo en nuestro interior, dependiendo de nuestra devoción en este momento de nuestra vida. Eso también cambia cuando el Espíritu nos toca, o completa la integridad o amplitud o contexto de nuestro camino espiritual con algún aspecto aquí o allá que no hemos desarrollado adecuadamente aún, o no hemos visto. Este es el lugar, aunque no sea exclusivamente este, en donde definitivamente comienza la Noche de los Sentidos. La Oración Centrante nos conduce automáticamente a este proceso, que debemos comprender en un sentido amplio, especialmente con personas que llevan la clase de vida disruptiva en la que usualmente se viven la mayoría de las experiencias que la acompañan.
Así, esta Noche de los Sentidos es precisamente el volvernos conscientes del lado oscuro de nuestra personalidad, o el lado sombrío, o más técnicamente, de los movimientos de los programas emocionales para la felicidad que, como hemos dicho, son el principal factor en el desarrollo de un sentido del yo separado. Si bien estos valores están presentes en toda nuestra vida, pero especialmente a edad temprana - nuestra primera infancia - es la exageración de ellos lo que nos embarca en un camino de distorsión, y nos crea hábitos de defensa y frustración, con el acompañamiento de emociones que nos causan aflicción, dependiendo de las circunstancias y sucesos y de nuestras predisposiciones de temperamento o personalidad. Aquí es donde el eneagrama o lo que sea que comprendamos de nuestra personalidad o preferencias de temperamento o prejuicios tal vez puedan volverse conscientes, y podría sernos útil reflexionar sobre ello en nuestra vida diaria.
La mayoría de las personas sin una práctica espiritual comparable a la Oración Centrante están sumamente abstraídas en los detalles de la vida diaria y en la búsqueda automática o habitual impulsada por sus programas para la felicidad, que implican seguridad, poder y control, afecto y estima, y los opuestos si es que carecen de ellos. Estos programas están constantemente rascando, hurgando, taladrando el alma, y quitándonos la poca o mucha paz que podamos tener, y por eso es esencial para el camino espiritual enfrentar estos problemas psicológicos. Por eso no pienso que sea una mala idea llamarla la terapia divina, porque es una muy profunda y minuciosa manera de darnos cuenta de nuestro propio inconsciente – y podríamos pagar mucho dinero para hacerlo. Dios, por supuesto, graciosamente no solo lo ofrece gratis, sino que dedica mucho tiempo a persuadirnos para que nos sometamos a esta sanación. Es la redención. Esa es otra palabra para esto, en un sentido amplio del término. Nos está preparando para el compromiso con Cristo, para el casamiento con Cristo, o la unidad y unión más allá de Cristo, y para la máxima unidad con lo que es, y la capacidad no solo para vivir la vida divina sino para disfrutarla al máximo, aun en medio de una significativa cantidad de dificultades y sufrimientos, si todavía estamos en este mundo, lo que definitivamente va a suceder.