English Transcript
The Night of Spirit
This process of the Night of Sense, once we know most of our unprocessed, secret motivation, dispossesses the programs for happiness and reduces their intensity so that although they may not go away completely, it is easy for us to see it happening and to back off if possible long enough to recognize it and call it by name and to give it to God, or at least to take refuge in the ground of being that is gradually being awakened. St. John of the Cross in his own language puts I think the same experience this way, that in temptation, the soul simply evacuates its level of consciousness and goes to the deep place that it has now the power to go to after a good deal of practice. But this probably implies the deeper purification of the Night of Spirit in some degree. How long these nights go on, I think it’s mostly been identified by John of the Cross in an organized way; he was trained in the scholastic university at Salamanca, but all the mystics refer to it, so it’s nothing new, it’s a very common experience there.
The Night of Spirit tends to begin after a significant period of habitual prayer because we need some resources on every level of our being, body, soul and spirit, to be able to handle what to us seems like the disintegration of who we are, or the false self, or loss of the easier or consoled presence of God that we may have enjoyed and needed to enjoy for many years. The consolations of God that sometimes occur during Centering Prayer are generally more delightful than any kind of physical, mental, or relational joy that can be offered. So, they heal if necessary, the doubts that an individual had of whether it was loveable or whether it was worthy or whether it was worth anything. It heals low self-esteem which is a syndrome that is prominent in highly competitive cultures like we’re in.
So, we shouldn’t discourage people from the enjoyment of those moments of peace or consolation or pleasurable sense of God’s presence because they may need this as part of their therapy. Just like the process of transference in the psychotherapeutic situation enables the therapist to take the place of the parent and instead of giving back negativity or put-downs as may have been the case in the low self-image of the patient, responds with affirmation.
It reminds us that as far back as the Old Testament, blessings were extremely important. Remember the blessings of the sons of Jacobs, so someone who doesn’t receive the blessing, that is the affirmation of a father, has a real gap and somebody needs to do this and if nobody else is available, God graciously fills the bill. It’s an invitation to take seriously. Blessings are really strokes in modern language or affirmation or to appreciate what someone has done well or be kind to them or to make them feel the goodness that they have that is being experienced by others is a very important aspect of community life. Not everybody has the skill in giving it well because they are out of practice. In our culture it’s not a favorite practice. Either you do well or the heck with you. So human consideration, even if they have to be corrected or fired, or something, that it doesn’t mean that they’re being rejected, but maybe they’re being called to some another activity, or need to look into psychological counseling if that would be helpful.
So, what is happening in the repeated experience of the Centering Prayer at this level of deep silence is that one is accessing the divine indwelling or the ground of being if you are now comfortable with that terminology, which is the source of the energy that sustains us in being at every level of our human nature—body, soul and spirit. So, as John of the Cross puts it, in the temptation when one is bombarded with thoughts or the afflictive emotions that are getting out of hand and urging acting out, which just makes them worse of course, one takes refuge instantly, and you notice this is what the psalmist talks about a lot. In his difficulties he takes refuge. He usually uses military images like ‘on my high tower’, ‘my fortress’. So the presence of God is the fortress by which the soul hides behind from its own thoughts and from the superficial levels of its egoic consciousness which have no future and preventing us from being in contact with the source of true energy and accepting the human responsibility of co-creating with God, that is creating a world that reflects the divine goodness, forgiveness, understanding, mercy, and all the other basic things that are revealed about God in Scripture.
La Noche del Espíritu
El proceso de la Noche de los Sentidos, una vez que conocemos la mayor parte de nuestras motivaciones secretas no procesadas, desmantela los programas para obtener felicidad y reduce su intensidad, de modo que, aunque no desaparezcan completamente, nos es fácil verlos actuar y dar un paso atrás, si es posible, el tiempo suficiente como para reconocerlos y llamarlos por su nombre y ofrecerlos a Dios, o al menos refugiarnos en nuestra fuente del ser, que está siendo gradualmente despertada.
San Juan de la Cruz, en sus propios términos, expresa, creo, esta misma experiencia de este modo: que en la tentación el alma simplemente evacúa su nivel de conciencia y va a un lugar más profundo al que ahora tiene el poder de ir, después de una considerable práctica. Pero esto probablemente implique, en alguna medida, la purificación más profunda de la Noche del Espíritu.
¿Cuánto duran estas noches? Creo que han sido en su mayoría identificadas por San Juan de la Cruz de manera organizada - fue educado en la Universidad escolástica de Salamanca - pero todos los místicos se refieren a ella así que no es nada nuevo, es una experiencia muy común.
La Noche del Espíritu tiende a comenzar luego de un período significativo de oración habitual, porque necesitamos algunos recursos en cada nivel de nuestro ser, cuerpo, alma y espíritu, para poder soportar lo que a nosotros nos parece como la desintegración de quienes somos, o del falso yo, o la pérdida de la consoladora presencia de Dios, que podemos haber disfrutado y necesitamos disfrutar por muchos años. Los consuelos de Dios que a veces ocurren durante la Oración Centrante son en general más placenteros que ningún otro tipo de placer físico mental o relacional que pueda ofrecérsenos. Así, sanan, si es necesario, las dudas que un individuo pueda tener respecto de si es digno de ser amado, si tiene algún valor. Sana la baja autoestima, que es un síndrome prominente en culturas altamente competitivas como la nuestra.
Por lo tanto, no deberíamos desalentar en las personas el hecho de disfrutar de esos momentos de paz y consuelo, o la sensación placentera de la presencia de Dios, porque pueden necesitar esto como parte de su terapia, así como el proceso de transferencia en la situación psicoterapéutica le permite al terapeuta tomar el lugar del padre y en lugar de devolver negatividad o desprecio, como puede ser el caso que motiva la baja autoestima del paciente, responder afirmándolo.
Nos recuerda que ya en el Antiguo testamento las bendiciones eran extremadamente importantes. Recuerden la bendición de los hijos de Jacob. De modo que alguien que no ha recibido la bendición, es decir, la afirmación por parte del padre, tiene una real carencia y alguien necesita remediarla, y si nadie más está disponible, Dios gentilmente se hace cargo. Es una invitación que debe ser tomada seriamente. Las bendiciones son realmente caricias en lenguaje moderno, o afirmaciones o una manifestación de apreciación porque alguien ha hecho algo bueno, o el ser amable con alguien. Hacernos sentir que lo bueno que hemos hecho es experimentado por otros es un aspecto muy importante de la vida en comunidad. No todos tienen la habilidad de manifestar esto porque les falta práctica. En nuestra cultura no es una práctica que se favorezca. O te va bien o no nos importas. Entonces es necesaria la consideración humana, aun si alguien debe ser corregido o despedido o algo así. Esto no significa que están siendo rechazados, pero quizá están siendo llamados a desempeñar otra actividad, o necesitan consular a un psicólogo si les ayuda.
Lo que está sucediendo, en esta repetida experiencia de la Oración Centrante en este nivel de profundo silencio, es que estamos accediendo a la inhabitación divina o fuente del ser- si se sienten cómodos con esa terminología - que es la fuente de la energía que nos sostiene para ser en cada nivel de nuestra naturaleza humana – cuerpo, alma y espíritu. Entonces, como lo expresa San Juan de la Cruz, en la tentación, cuando somos bombardeados por toda clase de pensamientos, o emociones conflictivas que nos desbordan y nos urgen a que reaccionemos, lo que, por supuesto, las agrava, tomamos refugio instantáneamente, y nos damos cuenta de que esto es de lo que habla tanto el salmista. En sus dificultades toma refugio. Normalmente usa imágenes militares como “en mi alta torre”, “mi fortaleza”. La presencia de Dios es la fortaleza en la que el alma se oculta de sus propios pensamientos y de los niveles superficiales de su conciencia egoica que no tienen futuro y que nos impiden estar en contacto con la fuente de verdadera energía, y aceptar la responsabilidad humana de cocrear con Dios, es decir, de crear un mundo que refleje la bondad divina, el perdón, la comprensión, la misericordia y todas las otras cosas básicas que son reveladas por Dios en las Escrituras.
