This is part of a weekly series based on Fr. Thomas Keating's talk "The Evolution of the Contemplative Christian Spiritual Journey" from the 2012 Contemplative Outreach Annual Conference in Snowmass, CO, "God is All in All."
English Transcript
Fr. Thomas: God changes for us as we move up the stages of consciousness.
Betty Sue Flowers: God changes? For us?
Fr. Thomas: Yes. Because we change. We see aspects of God that are new and different. More real, or more accurate. Or less encumbered by childish, adolescent, or immature adult attitudes. In other words, it may take the Dark Night of the Spirit to heal the malformation that we received in early childhood through a negative catechism. In other words, one fear of God may take decades to recover from. For instance, if you had great disagreements with one’s father, you’re going to have trouble establishing a relationship with God, the Father. Not because God the Father has a problem, but because the association of ideas and the emotional damage that were done by representing God the Father as hazardous, as a kind of monster, as a unreasonable demander of behavior that’s beyond our capacities from every point of view. This is not a sin. This is bad formation. This is psychologically unenlightened education for which there is no longer any excuse, because psychology has explored this territory, and I can’t tell you how much damage bad religious information has been, for many adults, including people on the spiritual journey, including advanced contemplatives. Including myself. So, it’s both poignant and tragic.
Semana de febrero 17 – Dios Cambia Para Nosotros
Padre Thomas: Dios cambia para nosotros a medida que ascendemos en estado de conciencia.
Betty Sue Flowers: ¿Dios cambia? ¿Para nosotros?
Padre Thomas: Si. Porque nosotros cambiamos. Vemos aspectos de Dios que son nuevos y diferentes. Mas reales, o mas precisos. O menos cargados de actitudes infantiles, típicas de adolescentes o de adultos inmaduros. En otras palabras puede ser necesaria la Noche Oscura del Espíritu para sanar la formación equivocada que recibimos en nuestra infancia por medio de un catecismo negativo. Puede llevarnos décadas superar nuestro miedo a Dios. Por ejemplo, si hemos tenido grandes desacuerdos con nuestro padre nos será difícil establecer una relación con Dios Padre. No porque Dios Padre sea un problema, sino debido a la asociación de ideas y al daño emocional que se infligió al representar a Dios Padre como alguien peligroso, como una especie de monstruo, como alguien que nos exige de forma ilógica una conducta que esta mas allá de nuestra capacidad desde todo punto de vista. Esto no es un pecado. Es información incorrecta. Es un tipo de educación ignorante desde el punto de vista psicológico para la que ya no hay excusa, porque la psicología ha explorado este tema. Y no puedo ni decirles el daño que esta mala información religiosa ha causado en muchos adultos, incluso en personas embarcadas en la travesía espiritual, y hasta en contemplativos avanzados. Y me incluyo a mi mismo. Así que es a la vez conmovedor y trágico.