English Transcript
Gifts for Living
After relating as an adolescent then one perhaps falls in love. This involves both spiritual friendship and the natural desire for intimacy that is characteristic of all life. The marvelous relationship that God is developing is to relate now in that friendship which seeks to know everything possible about the beloved and to be present in the other as much as possible. And this is generally understood in the broad sense of the term as the erotic tendency. Now does God reciprocate this erotic element of the relationship? Obviously, God has not a body, but has he something that is equivalent to passion? Of loving with great energy? Think of what he said in Isaiah. He said, speaking through the prophet to his people, “As a bridegroom delights on his wedding night in the bride so have I desired to welcome you, oh Israel,” or basically words to that effect. This is not a cold, stiff and rather defensive form, but it’s a fact that if God had a body, he would give that to us completely because he has given and is giving absolutely everything else.
Etapas en la Comprensión de Dios: La Intimidad
Después de relacionarnos como adolescentes quizá nos enamoramos. Esto implica tanto la amistad espiritual como el deseo natural de intimidad que es característico de toda vida. La maravillosa relación que Dios permite que se despliegue es relacionarnos ahora con esa amistad que busca conocer todo lo posible acerca del amado, y estar presente para el otro todo lo posible. Y esto generalmente se conoce, en el sentido amplio del término, como la tendencia erótica. Ahora bien, ¿somos correspondidos por Dios con respecto a este factor erótico de la relación? Obviamente Dios no tiene un cuerpo, pero ¿acaso tiene algo que equivale a la pasión? ¿A amar con gran energía? Piensen en lo que dijo en Isaías. Dijo, hablando por medio del profeta a su pueblo, “Como un novio se deleita en su noche de bodas con su novia, así he deseado darles la bienvenida, oh, Israel”, o palabras similares. Este no es un modo de dirigirse frío, rígido o en cierto modo defensivo, pero es un hecho que, si Dios tuviera un cuerpo, nos lo daría completamente, porque ha dado y está dando absolutamente todo lo demás.